La temporada 2020 estuvo marcada por dos acontecimientos que lo cambiaron todo. El primero, la expansión del coronavirus. Obligó a cancelar el primer gran premio, en Qatar, y que no se corriera hasta julio. Entonces, en la primera carrera en Jerez, tuvo lugar el segundo. La caída y lesión de Marc Márquez, campeón y gran favorito al título que lo dejó sin temporada. Quartararo arrasó en Jerez en las dos primeras citas, aunque luego la KTM de Binder sorprendió a todos en Brno. En Austria, en una carrera accidentada y peligrosa, Dovizioso se hacía con su primera victoria y Mir a su vez hacía su primer podio en MotoGP. Oliveira ganó la segunda carrera allí. El mundial estaba más abierto y sorprendente que nunca.

Valencia fue el paraíso para Mir. En la primera cita, Joan ganó su primera carrera del año y dejó el título a tiro. Un título que cerró la semana siguiente, también en Cheste, gracias a una séptima posición. Mir era el campeón que menos años había necesitado en el mundial para ganar el título de MotoGP: sólo cinco. En la última carrera, Oliveira dio una exhibición y al final Morbidelli cerró su subcampeonato, por delante de Rins, Dovi y Espargaró. Pero el protagonista era Mir. Se había convertido en el cuarto campeón español en MotoGP. El cuarto jinete en un año apocalíptico.