Había apurado hasta la última carrera, pero Márquez había logrado el título en 2017 y era de nuevo el favorito para ganarlo. En Qatar estuvo a punto de batir a Dovizioso, en un circuito muy favorable a la Ducati, y tras el desastre de Argentina, en el que fue descalificado y reabrió su 'guerra' con Rossi, el campeón enlazó tres victorias seguidas en Austin, Jerez y Le Mans para ser líder. En Mugello se cayó, y en Catalunya fue segundo, con dos victorias de un renacido Lorenzo, pero Marc cerró la primera mitad del mundial ganando en Assen, en una de las mejores carreras de la historia, y en Alemania, por novena vez seguida, para irse al parón con más de dos pruebas de ventaja sobre Rossi y casi tres sobre Dovizioso y Lorenzo.

En el último tercio de la temporada, Márquez demostró quién era el mejor. Ganó dos preciosos duelos a Dovizioso, con Lorenzo KO, en Aragón y Tailandia, y en Japón, en una carrera en la que desgastó al italiano hasta forzar su error, se proclamó HEPTACAMPEÓN DEL MUNDO ganando por tercera vez seguida. Un toque con Zarco lo dejó fuera en Australia, el día que Viñales devolvió la victoria a Yamaha 25 carreras después, pero en Malasia Marc volvió a provocar la equivocación de su rival, esta vez Rossi, y lograba así la novena victoria del año. En Valencia, bajo la lluvia, el campeón besó el asfalto, con triunfode Dovizioso, el día que una leyenda como era Pedrosa decía adiós a la competición. Extraterrestre Márquez.